El celo de la gata como primer paso de la reproducción de los gatos
Cuando la gata se pone en celo muestra una serie de comportamientos que para un dueño inexperto pueden resultar chocantes: no come, rueda por el suelo, se frota contra muebles o personas, con quienes se muestra más cariñosa; maulla de forma sonora o intenta escaparse de la casa. Si se le acaricia, elevará la cabeza, levantará la zona del trasero y mantendrá el lomo arqueado para demostrar su diponibilidad al acoplamiento. Generalmente ocurre durante unos días, pero es frecuente que ocurra varias veces al año, incluso en el mes, y suele resultar molesto (sobre todo por el tema de los maullidos sonoros) para los dueños e incluso los vecinos.
El periodo de gestación
El periodo de gestación de los gatos se produce en un intervalo de entre 64 a 69 semanas (el término medio suele estar en 65).
Si una gata está embarazada lo podremos intuir aproximadamente a partir de la tercera semana por el abultamiento del abdomen, aumento de peso o el engrosamiento de los pezones. Además, la gata tendrá un comportamiento diferente, un instinto más maternal. En caso de llevarla al veterinario, allí podrán corroborar el embarazo a través de la palpación abdominal (hacia la tercera semana) o una ecografía a partir del decimocuarto día.
Unas dos semanas antes del parto es conveniente que la gata se vaya haciendo al lugar donde dará a luz sus gatitos. Se le puede poner una caja de cartón con una mantita vieja o unos papeles de periódico en una zona de la casa caliente y apartada. Si la gata prefiere otra zona de la casa, cambie la ubicación y procure que no haya armarios o cajones abiertos, pues puede que la gata intente parir allí.
El parto como paso final de la reproducción de lo gatos
La etapa del parto de las gatas suele durar entre 12 y 24 horas. La gata se mostrará inquieta, ronroneará continuamente, su respiración se acelerará y puede incluso vomitar. De la zona de la vagina puede expulsar un líquido claro o algo de sangre y a través de los pezones quizás expulse algo de leche.
Hay que vigilar al animal continuamente y una de las razones es porque puede intentar cambiar de lugar de parto o trasladar las primeras crías de lugar a la espera de continuar con el parto.
El parto en sí puede durar entre 2 y 6 horas, naciendo un gatito en intervalos de entre media y una hora. La gata se lamerá la vulva y al poco aparecerá el cordón umbilical. Si la gata por instinto no se come la placenta y las membranas fetales, habrá que retirárselas. Hay veces que el parto se puede interrumpir durante varias horas, durante las cuales la gata descansa y amamanta a sus primeras crias.
Si todo va bien, al finalizar el parto la gata lavará a sus gatos bebés y se limpiará ella, comerá con apetito y cuidará de sus gatos amamantándolos mientras ronronea.
Entre los aspectos que hay que observar para que todo salga bien es el mirar si el gatito nace envuelto en una membrana, ya que habría que liberarlo de la misma, verificar que no tiene nada que obstruya su nariz y frotarlo con un paño suave y caliente. Si vemos que el gatito está frio, se le puede sumergir en agua a temperatura de 38ºC, manteniendo la cabecita fuera del agua y secándolo bien al sacarlo. Si el feto quedara bloqueado y no saliera, se puede ayudar a que la gata lo expulse sujetándolo delicadamente y haciendo tracción suave al mismo tiempo que el movimiento de expulsión de la madre.
Si el gato parece sano y maulla, se le corta el cordón umbilical: hay que calcular a unos 3 cm del ombligo, se le atará con un pequeño hilo de algodón y se cortará. Después se procurará que comience a amamantar en un pezón de la madre, que le proferirá la primera leche o calostro a través de la cual le protegerá de muchas enfermedades.
En caso de que observe complicaciones en el parto, será preciso avisar al veterinario. Tales casos pueden ser, por ejemplo, si la gata tiene dolores tras dos horas sin expulsión de gatitos, o ha parido pero deja de empujar más de dos horas y tiene la barriga hinchada, o no tiene más dolores 6 u 8 horas tras la pérdida de líquido y sangre que comentamos anteriormente.
Según el criterio veterinario, se le podrá administrar algún medicamento o realizar a la gata una cesárea, la cual se realizará con anestesia general que por lo general. no suele dar complicaciones y se realiza en poco tiempo.
Si no sobreviviese ningún gatito, habría que suministrar a la gata un medicamento prescrito por el veterinario, que le interrumpa la producción de leche.
También debe contactar con el veterinario si tras el parto la gata tuviese una hemorragia vaginal abundante o emisión de líquido maloliente, o si se mostrara inquieta o inapetente. Si la gata no muestra interés por los gatos bebés, también debería explicárselo al veterinario.
Primeras semanas de vida
Una vez nacidos, y si los gatos acceden sin problema a la leche materna, es mejor alejarse para que la gata se encuentre tranquila con sus cachorros. Hay veces que si hay demasiadas personas alrededor, la gata puede devorar a algún gatito, especialmente si las personas impregnan de olor humano a los cachorros. Si la gata no se encuentra cómoda, intentará trasladas a sus cachorros a otro lugar más tranquilo.
Al nacer el gato bebé pesa alrededor de 100 gr y mide entre 10 y 15 cm. Los ojos permanecerán cerrados y las orejas las tendrá plegadas, por lo que no oirá ni verá y dependerá de su madre para alimentarse, permanecer caliente y eliminar las heces y la orina. Si el gatito pierde el contacto con su madre, maullará y se desplazará en redondo. Fallecerá si no permanece al calor y alimentado por su madre. Si el gato bebé está sano, irá aumentando de peso (entre 15 y 20 gr al día), se alimentará y tendrá buen aspecto cutáneo.
Es preciso observar que los gatos toman la suficiente cantidad de leche materna pues si no, habría que proporcionarles leche especial. Para asegurar que la madre produce suficiente leche, es menester que tome alimento de buena calidad.
Las fases de crecimiento de los gatitos las podríamos clasificar de esta forma:
2-3 semanas: el gato bebé abrirá las orejas y los ojos, que en principio serán azulados; y aparecerán los primeros dientes de leche.
3-4 semanas: el gatitó comienza a andar rápido y aprende a tomar leche en recipiente.
4-5 semanas: el gatito se lava solo, corre y juega.
5-11 semanas: terminan de salirle los dientes de leche y cada vez se va alejando más de la madre. Es conveniente que los gatitos permanezcan con su madre hasta las 6-7 semanas de edad.
11-18 semanas: los ojos adoptan su color definitivo y empiezan a salirle los dientes definitivos que no terminará de cambiarlos hasta los 6 u 8 meses.
Métodos anticonceptivos para gatos
Hay que diferenciar completamente la anticoncepción del gato y de la gata. Debido a la diferencia fisiológica, nada tienen que ver las distintas maneras de tratar de controlar la población de nuestros gatos. La anticoncepción debe de ser una medida obligatoria en las colonias de gatos callejeros. En muchos lugares, se dotan fondos públicos para tal fin.
La anticoncepción de la gata
Las gatas suelen tener varios procesos de celo durante el año que suele depender en parte de la luz, por lo que las gatas que viven en casas con luz artificial tendrán más celos.
La gata doméstica suele alcanzar la madurez sexual entre los 6 y los 9 meses. En caso de haber tenido crías, el celo volverá tras unas 8 semanas (aunque el periodo se encuentra entre 1 y 21 semanas). Si el dueño de la gata quiere controlar el celo de una gata hembra, existen dos opciones para la anticoncepción de la gata.
La extirpación quirúrgica
Esta intervención se denomina ovariohisterectomía y consiste en la estirpación de ovarios y útero bajo anestesia general. Los riesgos de esta operación son prácticamente nulos, es mejor evitarlo en gatas muy jóvenes o en celo. Tras un periodo de reanimación en que la gata salga de la anestesia, la misma se puede llevar a casa y lo que habrá que vigilar es que no se toque la incisión, poniéndole durante un tiempo un collar isabelino. Quizá sea la mejor forma de anticoncepción de la gata.
Exiten otras dos operaciones como son la extirpación solo de los ovarios (pero hay probabilidad de que se muestren diversas patologías futuras) o la ligadura de trompas (en que la gata seguirá estando en celo, atraerá a los machos pero no se podrá quedar preñada).
Los fármacos
Existen inyecciones o parches que debe suministrar un veterinario. Para que sea más efectivo conviene administrarlos en periodo de inactividad (en otoño -de octubre a diciembre-) o justo tras el parto. Si se administran en otros periodos, pueden surgir patologías en las mamas o en el útero de la gata. Al administrar estos fármacos, la gata puede padecer efectos secundarios tales como el sedentarismo, depresión, aumento del apetito y consiguiente subida de peso. Por tanto, este método de anticoncepción de la gata requiere cierto control de su dueño.
La anticoncepción del gato macho
El gato alcanza la madurez sexual entre los 7 a 12 meses (normalmente sobre los 9 meses). En su fisiología el gato tiene testículos que se determinan correctamente entre las 6 y 8 semanas de edad, y de ahí la confusión muchas veces de creer que nuestro gato bebé es hembra en vez de macho o viceversa.
Los gatos machos tienden a marcar con orina su territorio, que en la casa alcanzará muebles, cortinas, ropa… El marcaje se agudiza en época de primavera, pues captan a las gatas en celo y marcan más a menudo con la orina con intenso olor debido a las hormonas. Algunas veces el marcaje puede hacerlo una hembra durante el celo o tras la esterilización, y habría que consultar al veterinario por si fuera debido a alguna patología.
La esterilización de los gatos machos se realiza con anestesia general y suele ser efectiva en un alto porcentaje de gatos, aconsejando hacerla a partir de los 9 meses de edad. La operación consiste en realizar una incisión bajo el escroto o en la parte anterior del pene del gato, por donde se extraen los testículos. En principio no suele tener riesgos estando el gato sano y es la mejor opción para la anticoncepción del gato macho.